La lealtad como estandarte
Desde su origen etimológico proveniente del latin «legalis» interpretado como la «cualidad de quien es respetuoso de la ley» la palabra lealtad a transitado a lo largo de la historia por diversas formas de ser interpretada, confundida muchas veces con obsecuencia, la lealtad, entre otras cosas, ha sido utilizada en pos del apego a los mandamases de turno para, en consecuencia, obtener privilegios, o en su más noble forma para resguardar la integridad de quienes otorgan derechos arrebatados.
El 17 de octubre de 1945 millones de trabajadores Argentinos colmaron las calles de Buenos Aires mientras observaban como desde los poderes máximos de la republica, se hostigaba a un general que había sabido ser el paladín de lo que interpretaban como lo socialmente justo y adoptaban sus decisiones como la ley de lo moralmente correcto en la búsqueda de la dignidad del pueblo, desposeído por los intereses mezquinos de los poderes oligarquicos que solo les brindaban explotación y desprecio.
Ese general, el general Perón, hombre de nuestros pagos, se había transformado gracias a sus decisiones desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, en una especie de estandarte de la dignidad del pueblo trabajador que demostró en las calles aquel 17 de octubre que esa nueva ley moral de dignidad promovida, demandaba reacción y expresión ante las injusticias de por entonces, a ello llamaron lealtad, porque se es leal cuando se defiende a quién nos honra como seres, cuando se pone el cuerpo en pos de la defensa del bien colectivo dejando de lado los intereses egoístas, se es leal cuando se dice de frente «yo te acompaño» sin pedir nada a cambio solo por el hecho de respetar y ser agradecido.
Muchas formas de lealtad se han suscitado a lo largo del tiempo, pero sin dudas aquella lealtad de 1945 marcó un antes y un después en la historia de la dignidad del pueblo argentino.
Juan Ignacio Goñi – Concejal y Militante Peronista.
Discussion about this post